En el segundo trimestre de 2025, los activos externos en manos de argentinos o empresas argentinas, incluyendo dólares en billetes, depósitos y otras inversiones, totalizaron US$ 430.358 millones, según datos del INDEC. De este monto, US$ 254.371 millones corresponden a dólares en billetes y depósitos, muchos de los cuales no están declarados y se encuentran bajo el colchón, en cajas de seguridad o en el exterior. El Gobierno apunta a estos fondos con su propuesta de "borrón y cuenta nueva" para incentivar su ingreso al sistema financiero local.
La composición de estos activos incluye US$ 66.397 millones en participaciones en fondos de inversión, US$ 53.561 millones en inversiones directas de capital y US$ 41.023 millones en títulos de deuda de cartera. Este panorama refleja una acumulación histórica de capitales fuera del país, que comenzó a crecer significativamente tras la crisis de la convertibilidad. En 2006, los “dólares del colchón” sumaban US$ 74.282 millones, superaron los US$ 100.000 millones en 2009, alcanzaron US$ 154.682 millones al inicio del gobierno de Mauricio Macri en 2016, y subieron a US$ 226.569 millones al comenzar la gestión de Alberto Fernández, para llegar a US$ 261.368 millones a fines de 2023, antes de descender a los US$ 254.371 millones actuales.
Factores
La economía argentina enfrentó una persistente fuga de capitales, financiada en parte por un aumento de la deuda pública, incluyendo préstamos del FMI y otros organismos internacionales. Factores como la depreciación del peso, la brecha cambiaria, la alta inflación, el bajo crecimiento económico, la recesión, el impacto de la pandemia y las restricciones a la actividad agravaron este fenómeno, junto con el aumento de la informalidad y la pobreza. Durante la gestión de Javier Milei, tras una devaluación inicial, el peso se apreció, encareciendo bienes y servicios en dólares, lo que impulsó un crecimiento en las inversiones en fondos (US$ 11.344 millones), aunque los dólares en billetes y depósitos cayeron en US$ 6.997 millones.
Estos capitales, que incluyen propiedades, acciones y títulos de deuda de gobiernos o empresas extranjeras, equivalen a una suma cercana a la deuda pública nacional, pero son de naturaleza privada y mayormente no declarados. Mientras el Banco Central enfrenta una escasez de divisas, los fondos privados “sobran” en el exterior o fuera del sistema financiero local. Los datos del INDEC se basan en los movimientos de compra-venta de moneda extranjera en el sistema bancario, las entradas y salidas de capitales a través del Banco Central, información de bancos extranjeros sobre activos de argentinos en el exterior, y estimaciones de flujos como el turismo. Esta situación pone en evidencia el contraste entre la acumulación de riqueza privada fuera del país y las dificultades financieras del Estado.